Era una noche triste, silenciosa, con un poco de neblina, en
una casa color naranja, se encontraba la familia López, junto con otras
amistades velando al señor Jorge López Brito. Era muy conocido en su unidad, le
apodaban “El Peri” una por perico, ya que hablaba mucho y otra por periódico
porque se sabía todos los chismes de la unidad en la que vivía. Siempre estaba
sentado en el parque en la banca de la derecha, la color roja, que estaba junto
a los columpios, le gustaba estar ahí, porque se enteraba de todo lo que pasaba
con las vecinas, ya que salían a jugar con sus hijos y entre ellas platicaban
de los sucesos que pasaban en sus respectivas casa y don Jorge solo escuchaba
lo que ellas platicaban y después el lo contaba a todos los vecinos.
Don Jorge, tenía un amigo que era policía, llamado
Cantinflas, el siempre llegaba con don Jorge y se ponía a escuchar lo que el
chistosito de don Jorge le decía, porque era igual de chismoso que don Jorge.
Cantinflas estaba enamorado de Lupita, una joven que trabajaba en un banco, y
era vecina de don Jorge, y Cantinflas siempre le preguntaba a don Jorge la vida
de Lupita.
Nadie de la unidad se esperaba la muerte de Don Jorge, fue
muy repentina, ya que murió una tarde, se encontraba en su casa, acostado en
sillón, cuando de pronto solo se quejó un poco, cerró los ojos y murió. Su
esposa, Doña Jacinta se dio cuenta 1 hora después, cuando ella lo fue a
despertar para que cenara y nunca reaccionó, ella lo movió y se dio cuenta de
que no respiraba. Esa misma noche lo velaron, y todos los vecinos asistieron a
su funeral. Cantinflas, se enteró de este hecho, y no tardando llego al rezo,
pero por curiosidad Cantinflas quería ver como estaba vestido en ese momento
don Jorge, y empezó a caminar hasta llegar exactamente al frente de la caja,
asomándose al ataúd, y sin querer tropezando con una pata de una mesa, cayó
encima del muerto quedando enfrente de don Jorge, boca con coba, toda la gente
comenzó a reír si no de muy buen humor, al igual que todos los vecinos de la
unidad.
Lupita, se encontraba en medio de la gente al igual que
todos riendo, Cantinflas rojo salió de la casa, y Lupita lo siguió, y
comenzaron una muy buena amistas, pronto convirtiendo se en una gran amor.
Cantinflas contento terminó andando con Lupita y don Jorge… Don Jorge descansando en paz.
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